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Dos instrumentos similares, pero diferentes, que dan la vuelta al globo en sus orígenes. Bouzouki del Egeo y Ronroco de América Latina cruzan los mares para unirse. Los sonidos metálicos del Bouzouki con la naturaleza pastoral del Ronroco encienden un timbre hermoso pero dispar.

Los rasgueos agresivos de este instrumento andino recuerdan los vastos e indomables paisajes de la Patagonia y más allá. Más grande que un charango, el Ronroco tiene dos cuerdas, único en el sentido de que los pares más altos se doblan al unísono mientras que los bajos se doblan en octavas, creando un sonido místico y de otro mundo.

El estilo de laúd de cuello largo y cuerdas de metal conocido como el moderno Bouzouki se desarrolló en Grecia a principios de la década de 1910. Los lugareños lo modificaron para manejar cuerdas de acero, dotándolo de su característico sonido vibrante.